sábado, 25 de abril de 2009

Un humilde zorrillo



El podaba los rosales, cuando ella se acercó para despedirse. Se miraron y ella pensó, cuán importante habría sido ella en la vida de aquel hombre. ¿Una rosa entre tantas rosas? ¿Su rosa?
Su amplia sonrisa le respondió y sus palabras que le hablaron de un tiempo ido y atesorado en su corazón. Y todo estaba bien, habían cumplido su destino.
Era el momento del adiós y la presencia de un cazador los sorprendió.. un zorro ha venido!! Dijo con la escopeta en la mano dirigiéndose al monte que limitaba con el jardín.
Un nudo aprisionó su garganta y contuvo sus lágrimas que se esforzaban por salir.."Hasta el zorro vino a despedirse!", pensó.
Oculto entre las malezas del monte, no sé dejaba ver, pero sabían que estaba ahí.
Las ovejas pastaban inquietas y el alboroto del corral en la límpida y calma tardenoche, ponía en evidencia el temor de los animales que intuían el peligro que los acechaba.
Así como la tensión de sus miradas preveía que el destino separaba definitivamente sus vidas
Ignoraba si, las horas compartidas habían logrado domesticar, en algún punto, a ese hombre,
La fuerza de sus brazos la rodearon y su voz broto acongojada cuando le dijo. Sé feliz!.
Se miraron por última vez , sus ojos parecían de vidrio
Al despedirse, el zorro asomó su cabeza y los miró, sus ojos relampagueaban tristes, como un cristal humedecido.
Así como el miedo, las lágrimas son un sentimiento, pensó.

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