la magia del silencio
El universo entreteje sus alianzas con las delicadas hebras del tiempo: hila su trama de acordes lejanos y ancestrales. Son las vanas embestiduras de un viejo tatuaje que nos quedó estampado en el alma.
La brisa envuelve la siesta y silenciosa, acaricia y pasa.
A lo lejos, profundo en el azul, el mar clama.
Las olas se alzan hacia el sol, rugen su celo y jadeantes buscan la orilla. Las lenguas salobres se deshacen en
espumas de nácar que besan, hasta ser devoradas, la arena blanca .
Las estoicas piedras del recuerdo vierten sus lágrimas
Observo, dejo que lo ordenes desordenen mi orden. Me vuelco a perpetrar un arte que no tengo.
Y Allí, donde las voces habitan mi silencio, me sorprendes con tu luz azul, desde tu verde rivera. Tú que posees la sensibilidad del cántaro y calmas la sed del peregrino. Tú que tienes más brazos que el delta de un río en busca del mar. Tú el alquimista de los elementos sagrados. Tú hombre y poeta. Tú dios y profano. Tú tan lejano y siempre tan alerta de un alma que con tu corazón va de la mano.
Tú ya sabes de quién hablo.
La brisa envuelve la siesta y silenciosa, acaricia y pasa.
A lo lejos, profundo en el azul, el mar clama.
Las olas se alzan hacia el sol, rugen su celo y jadeantes buscan la orilla. Las lenguas salobres se deshacen en
espumas de nácar que besan, hasta ser devoradas, la arena blanca .
Las estoicas piedras del recuerdo vierten sus lágrimas
Observo, dejo que lo ordenes desordenen mi orden. Me vuelco a perpetrar un arte que no tengo.
Y Allí, donde las voces habitan mi silencio, me sorprendes con tu luz azul, desde tu verde rivera. Tú que posees la sensibilidad del cántaro y calmas la sed del peregrino. Tú que tienes más brazos que el delta de un río en busca del mar. Tú el alquimista de los elementos sagrados. Tú hombre y poeta. Tú dios y profano. Tú tan lejano y siempre tan alerta de un alma que con tu corazón va de la mano.
Tú ya sabes de quién hablo.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio