domingo, 9 de enero de 2011

una cuna

Me ha quedado una cuna



como una isla



prendida en el oleaje



de una làgrima



y le vino que me bebe



en el deseo de ahogarme



y el silencio que muerde



la humedad de mi carne.



Me ha quedado la sangre



como una hoguera



de sonoras guitarras



pero sin huellas



y esta noche



que se hunde



sobre mi cama



ardiente pero fria,



amante y solitaria



hasta volverme negra



sobre el hastìo arrastra



mi vendaval de luces.



lucièrnagas pirañas



y me deja sin sombra



bloqueada por el dia,



aurea en la pesadez



brava pero vencida



de útopicas esquinas,



de voces vagabundas,



de sombras en caìda



de gritos y de vida

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio