En las colinas del silencio
Atravesaba anoche las colinas del silencio...
buscándote....buscándote...
Acariciaba el viento mi cuerpo
y de pronto creí tener tu piel.
Un latigazo de estrellas me sorprendió
y como una lluvia cálida roció mis huesos.
Sentí el calor de un sol extraño
y descendí hasta encontrarlo,
estaba en mi, por ti brillaba.
En la ladera de una montaña
se oyó un grito y yo gritaba
buscándote...buscándote...
Qué noche bella para encontrarte
junto al arrullo que trae la calma!
Qué dulce oscuridad frente a tu cara
y mi cuerpo en el tuyo,
en paz el alma.
De mi autoría
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